violencia de genero

Los hombres maltratados son una realidad que se sigue escondiendo en la sociedad. La vergüenza, el miedo o los prejuicios que tenemos ante este tipo de maltrato hacen que las víctimas no se atrevan a dar el paso y denunciar su situación.

Las agresiones que los hombres sufren pueden ser físicas o psicológicas pero, en un gran número de casos, el daño a su autoestima o incluso a su carrera profesional están casi asegurados. Los moratones, el cambio drástico en la forma de actuar o de vestir, ausencias en el puesto de trabajo… pueden ser indicadores claros de que algo no va bien y de que el hombre puede estar sufriendo algún tipo de maltrato.

Es importante, por tanto, permanecer atentos a estas señales y animarles a denunciar si es necesario.

Otro tipo de violencia son las falsas denuncias. Aunque no existen cifras oficiales son frecuentes los casos, especialmente en procesos de divorcio, donde basta una denuncia para asegurar la custodia de los hijos o la orden de alejamiento.

Estas denuncias se suelen interponer por malos tratos, pero también son frecuentes las que se refieren a supuestos secuestros, falsas violaciones o, incluso, abusos sexuales a los hijos.

A los hombres que acuden al centro médico con alguna lesión producida por violencia doméstica no se les suele preguntar tanto por el origen de sus lesiones como podría suceder ante una mujer que presente los mismo síntomas. Los protocolos médicos están cambiando, pero aún queda mucho camino por transitar.

Cada vez más, los hombres se están atreviendo a alzar la voz y a denunciar que están pasando por una situación de maltrato por parte de sus parejas. Ante un caso en el que el hombre sea víctima de este tipo de violencia y no se atreva a dar ese gran paso que cambiará su vida, es importante seguir las siguientes directrices para ayudarle:

Lo primero es hablar con él, ya que puede que le resulte complicado reconocer que esté siendo agredido por su mujer.

Debemos fomentar que la víctima denuncie la situación por la que está pasando, que se atreva a poner punto y final.

Cuando el hombre maltratado, ya sea por miedo o por vergüenza, no se vea capaz de interponer la denuncia, intentar interceder por él.

Teniendo en cuenta que la actual legislación no contempla la violencia hacia el hombre como Violencia de Género y, por tanto, no se pueden beneficiar de los mismos servicios de atención que una mujer maltratada, es importante que denuncie por los cauces habituales y no deje que esta situación quede impune.

Fuente: gaceta.es

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