Juez Serrano contra la Violencia de Género

Política de Género – El juez Francisco Serrano cosechó fama de hombre erudito, estudioso y ecuánime que llevaba su juzgado al día y siempre estaba presto a colaborar en foros sobre familia, aun los convocados por asociaciones feministas, pero su vida cambió cuando criticó pública y reiteradamente la política de género.

Ahora rehabilitado por el Constitucional tras haber sido condenado por prevaricación al modificar el régimen de visitas de un menor para que pudiera salir en una procesión de la Semana Santa sevillana, Serrano, casado y padre de dos hijas, publicó en 2012 el libro «La dictadura de género».

Ese libro, publicado por la editorial del exministro del PP Manuel Pimentel, pretendía ser una «denuncia pública» contra las denominadas políticas de igualdad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo en lo relativo a la violencia de género, que el juez siempre consideró ineficaces además de injustas.

Una vez inhabilitado para ejercer como juez, desde 2012 ha ejercido como abogado especializado en asuntos de familia, por lo que, entonces, declaró a la prensa que desde ese momento podría dedicarse a defender «a la verdadera mujer maltratada» frente a la que denuncia «porque le conviene por distintos intereses».

Con más de dos mil sentencias y veinte años de servicio, las declaraciones públicas de Serrano sobre la frecuencia de las denuncias falsas en el ámbito de la violencia de género le valieron críticas de políticos, de miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), del Observatorio contra la Violencia de Género y, entre otros, del delegado del Gobierno para la Violencia de Género Miguel Lorente, además de convertirse en auténtica bestia negra del feminismo.

«El único género que me interesa es el género humano», es una frase que el juez reiteraba cuando se le interpelaba sobre las nuevas normas para combatir la violencia de género, que él -como han hecho otros juristas más discretamente- consideraba que eran contrarias al principio constitucional de igualdad.

Serrano, que también ha intervenido en política como candidato de Vox por Sevilla, nunca ocultó su opinión de que la Ley de Violencia de Género era una norma «contra el hombre» y llegó a calificarla de «derecho penal de autor».

En intervenciones públicas, como debates o presentaciones de libros, Serrano recordaba los suicidios de hombres injustamente acusados o lo que denominaba «el negocio de la violencia de género» en clara alusión a las dotaciones presupuestarias de que disponían departamentos como el ministerio que dirigió Bibiana Aido.

Pese a definirse como conservador, Serrano nunca fue considerado un reaccionario en materia de derechos, por lo que su enfrentamiento a una política considerada progresista y que contaba con el respaldo prácticamente unánime de las formaciones políticas, se hizo aún más llamativo.

«Hay muchos jueces y juezas que están de acuerdo con lo que digo, pero callan por precaución», era otra de las frases que pronunció públicamente, algunas veces con el único apoyo de las asociaciones para la custodia compartida, junto a cuyos miembros llegó a participar en alguna concentración a las puertas de los juzgados.

En 2011 fue inhabilitado por ampliar un día y medio la custodia de un padre separado sobre su hijo, cambiando el régimen de visitas del menor establecido por otro juzgado, para que se cumpliera el deseo del menor de salir en procesión en Semana Santa, pero la madre del niño denunció al juez y éste fue condenado por prevaricación dolosa.

La inhabilitación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) era de dos años, pero el Tribunal Supremo, ante el recurso de Serrano, la elevó a diez años por considerar que el juez había sido consciente de incumplir su deber jurisdiccional.

Serrano siempre ha dicho que la resolución que determinó en aquel caso fue la correcta, y ha explicado a los más próximos que si seguía recurriendo su inhabilitación era por una cuestión de dignidad personal, por lo que queda en el aire si volverá a su despacho de juez o permanecerá en su bufete de abogado.

Fuente: eldia.es

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