El peligro del ‘sexting’ y la ‘sextorsión’ queda palpable en una reciente intervención de la Policía Nacional. Los agentes han arrestado en Valencia a un menor de 17 años acusado de difundir fotografías íntimas de su exnovia y amenazar con extenderlas, todavía más, entre sus compañeros de instituto.
Las investigaciones se iniciaron después de que un vecino de Murcia y padre de la menor, de 16 años, recibiera en su teléfono móvil 13 imágenes de la joven desnuda. Esas fotos se las había enviado una tía de la víctima, con intención de poner en alerta al progenitor.
Esta mujer, a su vez, las había recibido previamente a través del exnovio de la chica, un joven de 17 años. Al continuar con las pesquisas, los policías supieron que el envío no había sido fruto de un error, sino que todo respondía a un oscuro plan por parte del joven.
La adolescente había mantenido una relación con el chico durante algo más de un año, pero a finales de julio había finalizado «por diversas razones», según la Jefatura Superior de Policía. Fue en ese momento cuando el sospechoso «comenzó a enviarle amenazas a través de una aplicación de mensajería instantánea». Su pretensión era que ella hablara con él. Y su modo de presionarla fue «publicar una serie de fotos íntimas obtenidas de manera consentida durante la relación». Amenazaba con enviarlas a gente de su entorno, como finalmente sucedió con la tía de la víctima, y también a compañeros del instituto.
Sexting -El sospechoso, en libertad
Los agentes averiguaron la identidad del joven sospechoso, que fue detenido en Valencia por un delito de amenazas y otro contra la intimidad. Los agentes le confiscaron su teléfono móvil y un ordenador portátil. El joven no tenía antecedentes policiales. Fue oído en exploración, protocolo habitual con menores, antes de quedar libre y ser entregado a su madre.
En las charlas en institutos, policías y guardias civiles insisten en el riesgo de las fotografías sexuales. Y no sólo en menores. El principal consejo se resume en una frase: «no os hagáis con el teléfono ni os dejéis hacer ni una fotografía de la que os avergonzaríais si se colgara en la plaza del pueblo o la ciudad».
El peligro es tan amplio como las posibilidades a la que queda expuesta la foto digital en la memoria del celular: un envío erróneo, un extravío o robo del celular, el curioseo del teléfono por alguien ajeno al propietario o, como el actual caso, la nueva violencia de género a través de las amenazas y extorsiones. Con el riesgo añadido de que, si se difunde por internet, ya es casi imposible detener su avance e incluso puede acabar en webs pornográficas.
Fuente: lasprovincias.es