La intervención del perito judicial Bruno Pérez en el I Foro de Género y Ciberseguridad fue corta pero impactante, puesto que sus explicaciones se llenaron de velas, CSI, delitos y ordenadores, muchos ordenadores. Porque este experto en internet, pero sobre todo en ataques que se perpetran en la red, expuso cómo en su labor profesional se dedica a hacer autopsias digitales, por lo que hizo una traslación de los métodos utilizados en una persona con los que aplica a un dispositivo móvil.

Pérez comenzó explicando que una de sus aficiones es «iluminar cosas con velas», de ahí que lo haya hecho en el cementerio de su ciudad, Figueres, o en la Catedral de Burgos. Y para ello lo tenía que hacer «de una en una», por lo que reivindicó trabajar «con humildad e igualdad». Todo para señalar que en cualquier labor hace falta «pasión», de ahí que le resultara más fácil trasladar sus conocimientos periciales a los ordenadores, a los que habría que tratar como cuando se enfrentaba a un cadáver, ante el que lo primero que hay que hacer es «protegerse». «Los ordenadores siempre están sucios, en los teclados hay más bacterias que en un lavabo», apuntó este experto, quien detalló que lo siguiente es «mirar las marcas», es decir, comprobar las etiquetas, los números de serie o el nombre del wifi del dispositivo.

Para Pérez también es importante fijarse en que el ordenador tiene «órganos» como un ser humano, por lo que no dudó en señalar que si en un cuerpo humano se estudia el oído, en un ordenador también, concretamente en «qué escucha el ordenador, a qué wifis se ha conectado», para así conocer información relevante de dónde ha estado y con quién se ha utilizado.

También hizo la comparación con el estómago, puesto que apuntó que «hay que saber qué ha hecho, qué es lo último que ha copiado o abierto», mientras que gracias a los ojos se puede saber «su historial de navegación, lo que ha visto» e, incluso, «recoger la información que se ha borrado».

Pérez también expuso la necesidad de discernir las evidencias falsas, y para ello explicó que «hay aplicaciones totalmente accesibles» para fabricar pruebas falsas, como mensajes de Whatsapp, Facebook u otras redes sociales. «Hay juzgados que están aceptando pantallazos o mails impresos», agregó durante su discurso, en el que también afirmó que se puede cambiar incluso el GPS. «Todo es modificable, antes de presentar una prueba hay que verificarla», agregó.

Por último, este experto destacó los problemas del «aparato reproductor sexual», para lo que presentó su protocolo de sextersión en Facebook, con el que se intenta parar los ataques de personas que son capaces de hacerse desnudar a alguien tras pedir amistad en Facebook bajo la apariencia de una mujer atractiva, y que luego amenazan con difundir su vídeo, ya manipulado para que no solo salga desnudo, sino también con menores, con el consiguiente descrédito social para el afectado.

Fuente: lanuevacronica.com

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