La hegemonía de Whatsapp como sistema de comunicación de nuestra era ha terminado por afectar a una institución tan arraigada como la notarial. Aunque los profesionales del gremio pugnan por adaptarse a la modernidad, el ritmo es trepidante. Cada vez son más los procesos legales en los que se pretende aportar como prueba una conversación mantenida a través del omnipresente servicio de mensajería. Ante esta situación, la recomendación del Ilustre Colegio Notarial de Valencia a sus miembros es clara: no levantar acta al respecto, o en tal caso advertir de su validez relativa.
“Las conversaciones por vía de Whatsapp no son fiables ya que puede alterarse el número del remitente. Por eso, aunque podemos decir que hemos visto en una pantalla determinada conversación, no debemos asegurar que se haya producido entre una persona y otra”, asegura Francisco Cantos, decano del Colegio autonómico desde el pasado mes de noviembre. “Hacen falta unos conocimientos de informática que están fuera del común de los mortales, incluidos los programadores, para saber si hay de verdad suplantación del remitente. Es imposible que el notario pueda detectarlo por sí mismo», asegura al respecto.
De darse una negativa a la autorización, el profesional puede estar perdiendo un trabajo. Consciente de esta realidad, el Colegio cree que, de levantar actar, la opción “más recomendable” es incluir “la falta de fiabilidad absoluta”. De esta manera, también se libera de una futura responsabilidad civil. “Hay que tener en cuenta que luego pueden reclamar indemnizaciones porque la prueba no sea todo lo fehaciente que debería”, desarrolla.
Un ejemplo práctico: el del marido que se envía un mensaje desde el teléfono de su esposa. “La única manera de comprobar si el remitente es realmente quién indica el móvil, es marcar desde su número. Pero incluso así podría darse el caso de que alguien le hubiera cogido el teléfono y escrito en su nombre”, evidencia Cantos. También recuerda que entran en juego la protección de datos y el derecho a la intimidad. “¿Quién es en realidad el propietario del mensaje? ¿Quién lo tiene o quién lo envía? ¿Es lícito que nos lo enseñe?”, asegura.
La misma disyuntiva se produce con las webs, aunque en este caso el procedimiento es «bastante más sencillo”, según Cantos. Aquí el papel del notario se limita al pantallazo. “En las actas se hace constar que, a determinada hora de determinado día, se visualiza en pantalla un contenido. Es decir, transcribes lo que pone en la pantalla y lo pones en el papel, pero tampoco tiene un contenido de imputabilidad”, asegura el decano.
Los nuevos espacios notariales
Para una profesión como la notarial, el avance tecnológico tiene una doble vertiente. Por un lado se encuentra el análisis de los nuevos sistemas de comunicación, como es el caso de Whatsapp. Por otra, las herramientas al servicio de la función. “Ahí nosotros somos los primeros del mundo con diferencia sobre los segundos”, proclama Cantos.
“Mi antecesor en el cargo, el ex decano César Belda, fue el visionario que se dio cuenta de ello. Hace 15 años empezó a predicar en el desierto y hoy en día somos punteros en firma electrónica y comunicaciones telemáticas”, afirma. No obstante, incide en que su mayor fallo es que al otro lado de la línea «no haya nadie». «Nosotros podemos hacer cosas de manera telemática, pero lo que sale de un sitio tiene que ser recogido por otro”, afirma, aludiendo a la Administración de Justicia por falta de medios.
Los cambios sociales han impulsado, a su vez, a una renovación de la figura de estos profesionales. También la crisis económica. Con la caída del trabajo, los despachos notariales han tenido que buscar nuevos espacios donde hacerse necesarios. “Una de las vertientes más interesantes del notario, y que desde aquí intentamos potenciar, es la asesoría. Que la gente sepa que puede recurrir a nosotros para informarse sobre procesos inmobiliarios, civiles… Es algo que se da en los pueblos, pero se ha perdido en las ciudades”, concluye Cantos.
Fuente: alicanteplaza.es
Colabora con nosotros en el I Estudio sobre la situación actual en España en Violencia Digital (Click en la imagen)