«Me las has jugado, me la has jugado, me la has jugado». Estas son las últimas palabras que ha pronunciado Vladimir V. I., de 27 años y origen chileno, antes de arrojarse al vacío con su hija de un año desde la segunda planta del hospital infantil La Paz, en Madrid, situada a una altura de unos 12 metros (el equivalente a un cuarto piso). Según fuentes de la investigación, el hombre se ha arrojado desde la ventana que da a un patio interior del centro sanitario tras mantener en la misma habitación una fuerte discusión con su pareja. Uno de ellos entró en la habitación alertado por los gritos para ver qué ocurría y vio al hombre saltando por la ventana con la bebé cogida en brazos.
Hacia las 08.30 unos gritos han alertado a los trabajadores de la sección de Informática que se encuentra en un edificio anexo a la zona de materno-infantil. Les han sorprendido los chillidos, pero al principio tampoco les han dado mucha importancia, porque en el inmueble contiguo se halla el área de psiquiatría. «Esta vez los gritos era diferentes, porque se entendían muy bien. Hemos apagado la radio y hemos escuchado eso, que le decía que se la había jugado», explicaba una trabajadora del hospital visiblemente nerviosa por lo ocurrido.
A la habitación también acudieron los enfermeros de la planta al escuchar que había gritos y chillidos en la habitación. Cuando han entrado los empleados, el hombre ya tenía a la bebé en brazos, con la ventana abierta. Ésta se abre parcialmente, ya que solo tiene unos topes. Eso sí, deja espacio suficiente para colarse y arrojarse al vacío.
Al instante, los empleados de Informática han escuchado un ruido fortísimo y muy seco. Han avisado a sus superiores, que ha abierto las ventanas. Estas se encuentran en la parte superior de la pared. El jefe les ha dicho que no se asomaran y ha llamado de inmediato a las urgencias del propio centro. «A partir de ahí, ha empezado a venir todo el mundo, con un despliegue de personas impresionante. Lo hemos pasado muy mal porque nos temíamos lo peor», ha explicado otro empleado. Al lugar se desplazaron los facultativos que estaban de guardia en el servicio de urgencias, con todos los aparatos de reanimación.
La bebé, que había nacido de forma prematura, llevaba unos días ingresada en el hospital por un problema cardíaco, una patología que los médicos consideran normal por su condición de prematura. La pequeña iba a salir este mismo viernes del hospital, una vez que los médicos le habían dado el alta este jueves. La menor había estado ingresada en el centro en varias ocasiones.
«A la niña la resguardaron en el edificio de Informática», añade. Los responsables del hospital aseguran que desconocen cuál ha sido el motivo desencadenante de esta tragedia, así como si el padre ha pasado la noche con la niña en el hospital, ya que uno de los progenitores ha tenido que pernoctar con el bebé.
Javier Chivite, portavoz del servicio de emergencias 112 de Madrid, ha asegurado que durante tres cuartos de hora un equipo de profesionales ha intentado revertir la parada cardiorespiratoria del bebé y del hombre. Al final solo han podido certificar el fallecimientos de ambos. La madre ha sido atendida de una crisis de ansiedad por los servicios de psiquiatría del propio centro hospitalario
Hasta el lugar ha acudido la Policía Nacional, que se encarga de la investigación, y que ha acordonado toda la zona. De hecho, en el sitio trabaja Policía Científica mientras que el juez ya ha ordenado el levantamiento de los cadáveres, que han sido trasladados al Instituto Anatómico Forense. Se espera que mañana se les practique la autopsia.
El fallecido tenía un antecedente por malos tratos
Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han confirmado que Vladimir V. I., el hombre que se ha arrojado al vacío desde una cuarta planta del hospital La Paz y que ha matado a su hija, tenía un antecedente por malos tratos en el ámbito familiar. Ese antecedente no era con la actual mujer sino consecuencia de una relación anterior.
La mujer, en las primeras declaraciones ante los agentes de Homicidios, ha destacado que la relación entre ambos era «normal» y que no se esperaba en ningún momento la reacción de su pareja.
Fuentes: elpais.com